En esta segunda semana con los grupos ya funcionando, tras hacer algunos ajustes para equiparar los niveles de comprensión (que son más importantes que las edades) hemos entrado de lleno en materia.
Los benjamines de la biblioteca, que todavía no leen, pero escuchan atentamente los cuentos de lunes alternos, han atendido a la historia de Los cocodrilos copiones, escrito por David Bedford e ilustrado por Emily Bolam.
"Cocodrilo tiene una gran imaginación y siempre se le ocurren las cosas más divertidas. Pero Cocodrilo también tiene un gran problema. No importa lo que haga, los otros cocodrilos del lago lo siguen para todos lados y lo copian de él. ¿Qué podrá hacer para escapar de los copiones? Y cuando logre escapar, ¿se divertirá él solo?"
La risas se multiplicaron por la biblioteca al seguir los pasos del Cocodrilo Gruñón, que escapaba en cada ocasión de la persecución de los que le imitaban. Al final, todos estábamos de acuerdo en que a veces es bueno estar solos, pero por lo general todo es más divertido en grupo.
También nos ha dado tiempo a conocer la historia de La vieja Lulula, compuesta por María del Mar Pavón Córdoba e ilustrada por Alessandra Cimatoribus.
"Después de desayunar, fregar su tacita de loza y cepillarse el único diente que le quedaba salió disparada hacia la pila que había en el patio de su casa. Lulula decide hacer su colada diaria, a pesar del augurio de tormenta del que es advertida. La protagonista de este cuento representa a esas mujeres de edad que no se rinden y están llenas de energía. Divertido relato acumulativo en el que a través del juego y la adivinanza se resuelve que lo importante no es oír, sino saber escuchar y sobre todo mirar."
Contando del uno al siete, repetidamente, entre los peques y Lulula tendieron toda la ropa tras haberla lavado en el pilón. Y el chaparrón cayó, vaya que sí, y después... ¡llegaron los siete que colorearon el cielo!